Todos los padres sueñan con el día en que su bebé diga papá y mamá y por esta razón son los primeros motivadores para el desarrollo de su lenguaje. Pero desde mucho antes debes ir pensando en cómo estimular el lenguaje de tu bebé para que logres escuchar esas primeras palabritas.
Las caricias, las sonrisas y el llanto, son las primeras herramientas con las que cuenta tu bebé para expresar sus deseos, necesidades y estados de ánimo frente al mundo que empieza a descubrir, siendo este su forma de comunicación.
Por eso, querida mamá, en el largo proceso de estimulación del lenguaje de tu bebé debes tener paciencia. Afina tu intuición y escucha con atención esos balbuceos y pequeños vocablos con los cuales se comunica y observa los gestos que los acompañan, de esa forma empezarás a descubrir poco a poco lo que te pide de manera más precisa.
El llanto es el primer mecanismo de comunicación de tu bebé, lo que de manera natural le permite manifestar sueño, hambre o dolor. Con el paso de los meses, otras acciones como gritos, sonrisas y balbuceos ingresarán a sus códigos de comunicación.
Aproximadamente, entre el cuarto y quinto mes tu bebé emitirá sonidos para comunicarse y al cumplir los seis meses entrarán en su lenguaje las primeras sílabas, como ma, pa, la, ta.
Cerca de los diez meses ya dirá sus primeras palabras y comprenderá lo que significan sonidos como mamá, papá, tete, agua. Si le has jugado asociará sonidos como ‘run run’ a los carros, ‘guau guau’ con los perros y otros que tú le hayas dicho.
Del año en adelante empezará a comunicarse con frases complejas y con más sentido como ‘quiero tete’, ‘dame la pelota’, etc. Y allí es muy importante que tengas conversaciones cortas y sencillas para que tu bebé entienda el lenguaje que estás usando. Recuerda que su cerebro es una maravillosa máquina que está asimilando todo tipo de conocimiento: desde los colores del mundo que le rodea, hasta el sabor de las comidas y, por supuesto, las palabras que tú le transmites.
Conviértete en una gran actriz para tu bebé, pues los gestos y las expresiones de tu cara y cuerpo mientras le hablas le ayudarán a aprender cómo expresarse y cómo hacerse entender.
Ten en cuenta que serán tus palabras y la repetición continua de las mismas lo que hará que tu bebé aprenda a hablar. Por ello es muy importante que en cada una de las acciones del día le hables y le indiques lo que está haciendo, pues así irá incorporando a su memoria sonidos que más adelante traducirá en palabras. Informarle que es de día, que amaneció, que se va a bañar, que va a comer y decirle cada una de las cosas de su rutina diaria, llevará a que se familiarice y aprenda qué significa cada una de ellas.
Utiliza las rondas infantiles, el canto y las expresiones de asombro, miedo, duda, sorpresa, risa y manifestaciones de amor para crear códigos de comunicación con tu bebé. De esa manera entenderá que existen diferentes estados de ánimo y empezará a crear su propio lenguaje.
Cuando te expreses ante tu bebé ¡HABLA BIEN!, no utilices frases cortadas o excesivamente melosas. Enséñale palabras y frases cortas, como por ejemplo: “bebé va a tomar tete”, “mamá quiere a bebé”, “bebé va a dormir”. En general, usa el lenguaje normal con las palabras claras para que cuando empiece a hablar lo haga de manera fluida. Algunas madres, por ser cariñosas, incorporan de forma inconsciente en su lenguaje palabras que no son correctas y ello puede generar dificultades en el bebé a futuro, pues un niño que no habla bien no podrá comunicarse ni expresar lo que necesita.
Es importante que en los primeros meses de vida de tu bebé hagas sonidos como silbar, cantar, soplar, tirar besos, entre otros, esto le enseñará a tu bebé que existen diferentes maneras de usar la boca y lo motivarán a ejercitarla y prepararla para el habla. También debes tener en cuenta que las sensaciones táctiles, auditivas, y visuales ayudan a que tu bebé se comunique.
Finalmente, en ningún momento del día olvides que tú eres la principal guía de tu bebé en el proceso de adquisición del lenguaje. Llénate de paciencia, amor y de buena disposición para volver, una y otra vez, sobre aquellas pequeñas cosas que le enseñarán a comunicarse y a entender lo que se le dice.
Verás que, muy pronto, tu bebé podrá expresar lo que necesita y manifestarte lo mucho que te quiere.
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