Es normal pensar que tu hijo ya sabe hacer popó, pues evacuar es una de las primeras habilidades que desarrolla el bebé después de nacer. Sin embargo, incluso entre los padres más preparados para acompañar el desarrollo de sus hijos, desde la estimulación prenatal hasta la adolescencia, enseñar cómo hacer popó suele ser una de las tareas más olvidadas.
En este artículo, te explicaremos por qué es importante instruir a tu hijo en los hábitos adecuados a la hora de hacer del 2. También descubrirás cómo enseñarle estas habilidades para asegurar su bienestar a largo plazo.
Cuando tu hijo deja el pañal, el trabajo aún no termina. Durante su crecimiento y desarrollo, es crucial enseñarle hábitos saludables al defecar. Sorprendentemente, muchos adultos defecan de manera inadecuada. Esto puede convertir una tarea natural en algo complicado y hasta doloroso (Greater Boston Urology, 2020).
Después de que el cuerpo de tu hijo absorbe los nutrientes de los alimentos, el resto se convierte en desecho. Este se transporta por el intestino grueso hasta convertirse en heces. Inculcar buenos hábitos desde una edad temprana no solo facilita este proceso diario, también previene problemas de salud a futuro. Por ejemplo, puede reducir el riesgo de estreñimiento, hemorroides y otros trastornos digestivos, lo que mejora significativamente la calidad de vida de tu hijo (Dorwart, 2023).
La posición que adoptamos en el inodoro es una de las principales causas de hemorroides, estreñimiento y otros trastornos digestivos. En culturas donde se defeca en cuclillas, estos problemas son menos comunes; también durante la etapa del gateo, pues los niños suelen usar esta postura de manera natural.
Por eso, se recomiendan dispositivos de modificación de postura, como el taburete de baño. Este permite adoptar una posición más cercana a la de cuclillas una vez que se aprende a usar el inodoro. Las rodillas deben estar inclinadas hacia arriba y las piernas abiertas y elevadas por encima de las caderas. Enseñarle a tu bebé esta posición desde temprana edad puede prevenir problemas futuros.
Enseñar a tu niño cómo hacer popó con la postura correcta implica también instruirlo sobre el equilibrio y la comodidad durante este proceso. Es importante hacer de este aprendizaje una experiencia divertida y natural para él. Para lograrlo, puedes utilizar diversas técnicas adaptadas a los diferentes tipos de aprendizaje. De esta manera, encontrarás la estrategia más adecuada para explicarle cómo la postura correcta en el inodoro ayuda a que el cuerpo funcione de manera más eficiente. Algunas opciones efectivas pueden ser el uso de ilustraciones, cuentos infantiles y juegos que les permitan comprender y adoptar esta nueva forma de sentarse en el baño (Dorwart, 2023).
Inclinarse hacia adelante y colocar los codos y antebrazos sobre los muslos también puede ayudar a aumentar la presión de manera natural durante la defecación. Una barra de asistencia puede facilitar que tu hijo adopte esta posición cómodamente. Así, los músculos abdominales y del suelo pélvico trabajarán de manera más eficiente (Dorwart, 2023).
Otra técnica útil para enseñar a tu hijo cómo hacer popó es animarlo a balancear su peso hacia adelante y hacia atrás de manera suave mientras está sentado en el inodoro. Este movimiento puede estimular los intestinos y ayudar en el proceso de evacuación. Es importante explicarle que cada cuerpo es único y, que encontrar la posición y movimiento adecuados, puede llevar tiempo y práctica (Dorwart, 2023).
Sentarse con las caderas flexionadas a unos 60 grados o más reduce la tensión abdominal y facilita la defecación. Si tu hijo no alcanza el suelo con los pies, usa un taburete para evitar que se queden colgando (Dorwart, 2023). Esta posición también mejora el ángulo del recto, lo que permite tener una evacuación más completa y menos forzada.
En cada caso, es esencial proporcionar un ambiente seguro y cómodo para que tu hijo pueda aprender y practicar estas técnicas. Asegúrate de que el baño esté bien iluminado, limpio y libre de distracciones. La tranquilidad y la privacidad son cruciales para que el niño se sienta cómodo y relajado durante el proceso de aprender cómo hacer popó.
No es saludable pasar demasiado tiempo en el baño. Estar más de 10 minutos seguidos puede aumentar el riesgo de desarrollar hemorroides. Si tu hijo tiene problemas para hacer popó, anímalo a intentarlo más tarde y explícale que debe evitar pujar excesivamente. Es mejor relajarse y permitir que el cuerpo inicie el proceso por sí solo (Reale, 2023).
El tiempo que tu hijo pasa en el baño debe ser eficiente y libre de estrés. Mientras tu bebé aprende cómo hacer popó, puedes usar un temporizador visual. Esto le ayudará a entender cuánto tiempo debe permanecer sentado. Además, es útil crear una rutina relajante previa, como leer un cuento o escuchar música suave. Esto prepara el cuerpo y la mente para la evacuación.
Es normal que en algún momento tu hijo necesite pujar un poco. Para asegurarte de que lo haga de manera adecuada, debe aprender cómo hacer popó mientras relaja los músculos del suelo o piso pélvico y respira correctamente (Reale, 2023):
En el proceso del aprendizaje del control de esfínteres, tu hijo puede confundir los momentos para contraer y relajar la musculatura del piso pélvico. Es crucial enseñarle a pujar de manera correcta y relajar los músculos que rodean el ano al mismo tiempo. Esto ayudará a prevenir problemas como el prolapso rectal. Puedes hacer ejercicios de respiración junto con tu hijo. Así, convertirás este momento en una actividad diaria que refuerce esos hábitos saludables. De igual modo, estimularás la autonomía en los niños.
Además de la posición y la técnica para pujar, otros hábitos saludables incluyen (Dorwart, 2023):
Además, mantener una dieta rica en fibra, hidratación adecuada y ejercicio regular, son componentes esenciales de una salud intestinal óptima. Alimentos como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, deben formar parte de la dieta diaria de tu hijo. Por su parte, el ejercicio físico regular estimula la peristalsis, que ayuda a mantener una regularidad en los hábitos defecatorios. Y la hidratación es igualmente importante, ya que el agua ablanda las heces y facilita su paso a través del intestino.
Ser padre es una misión en la que la meta es convertir a tu hijo en un adulto fuerte y sano. Recuerda que la mejor manera de enseñar es con el ejemplo. Aunque esta forma de defecar puede no ser la que tú practicas actualmente, siempre es buen momento para mejorar tus propios hábitos. Así, tendrás la experiencia necesaria para guiar a tu bebé hacia prácticas más saludables.
La futura salud intestinal de tu hijo es la mejor motivación para comenzar a cambiar tus hábitos desde hoy. Implementa las técnicas de cómo hacer popó y establece una base sólida para una salud óptima en el futuro. Con paciencia y amor, puedes enseñar a tu hijo a cuidar de su cuerpo.