Tu bebé recién nacido es una esponja lista para absorber todo lo que hay a su alrededor. De tu dedicación en las áreas claves dependerán muchas de sus habilidades; de manera que puedes explotar su potencial al máximo durante su crecimiento y desarrollo. Por esto queremos ayudarte a estimular su motricidad fina y gruesa.
Al crecer, tu bebé se desarrolla no solamente en peso y talla, sino en conexiones neuronales. La motricidad fina y gruesa son el resultado de acciones del cerebro que permiten los movimientos. Su clasificación depende de la necesidad de usar músculos grandes o pequeños, así como la precisión ocupada para realizar el movimiento. Comúnmente se necesita de ambas para poder ejecutar acciones coordinadas.
Las habilidades motoras gruesas involucran todo el cuerpo; los músculos centrales como los del vientre y la espalda, brazos y piernas. Además, involucra equilibrio y coordinación mano-ojo. Estas habilidades incluyen movimientos como (Healthline, 2020):
Son habilidades físicas que involucran músculos pequeños y coordinación ojo-mano. Los movimientos son más controlados y precisos, por ejemplo (Kid Sense, 2019):
Desde el nacimiento tu bebé empezará a realizar movimientos descoordinados de manera natural. Estos son movimientos reflejos; o sea, no son premeditados por él. Van desapareciendo con el tiempo y se convierten poco a poco en movimientos coordinados e intencionales. Es por esta razón que debes iniciar la estimulación temprana de la motricidad fina y gruesa de tu bebé desde el nacimiento. Nunca es demasiado temprano.
La buena noticia es que podrás hacer uso de las actividades y los juegos para bebés que normalmente disfrutan juntos.
Para estimular este grupo de músculos, puedes realizar algunos ejercicios en posiciones específicas, por ejemplo (Kid Sense., 2019):
Este tipo de habilidades se desarrollan dependiendo de la edad, por lo que en cada etapa deberás practicar distintas actividades, por ejemplo (Parents, 2021):
En definitiva, es de suma importancia para el futuro de tu bebé la estimulación de la motricidad fina y gruesa. La buena noticia es que con actividades cotidianas y guiadas puedes mejorar su potencial al máximo. Solo recuerda ser constante. También es fundamental no forzarlo a avanzar más rápido de lo que él pueda. Se trata de ayudarlo a utilizar sus habilidades innatas.
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