Tu bebé requiere tomas nocturnas por varias razones relacionadas con su crecimiento y desarrollo. Piensa que los recién nacidos suelen alimentarse cada dos o tres horas con leche materna, y eso aplica tanto para el día como para la noche (Butterfield, 2021).
Dar el pecho en horario nocturno es uno de los desafíos de la maternidad. Se interrumpe tu sueño y es común que aparezca fatiga, agotamiento y cansancio. Sobre todo, si en la jornada siguiente tienes otras responsabilidades, ya sean laborales, familiares o de estudio.
Afortunadamente, hay diversas estrategias que puedes aplicar para manejar las tomas nocturnas y reducir su impacto en tu vida diaria. En este artículo te las contamos.
El estómago de tu bebé es pequeño y su crecimiento acelerado, por lo tanto, necesita recargar los nutrientes con bastante frecuencia a través del consumo de tu leche.
Ya habrás notado que tu hijo no tiene un patrón claro de sueño; es decir, no distingue tanto entre el día y la noche, como lo hacemos los adultos. Por lo tanto, desea comida cuando tiene hambre y duerme cuando tiene sueño (Butterfield, 2021).
En este escenario, mantener las tomas nocturnas es necesario. Cuando alimentas a tu bebé, también estimulas tu producción de leche, lo que asegurará que siempre haya disponibilidad de nutrientes. Además, tu leche no es igual a cualquier horario. Sabemos que en la noche tiene más concentración de triptófano, una sustancia que ayuda a dormir mejor a tu bebé (Butterfield, 2021).
La buena noticia es que no habrá lactancia nocturna para siempre. Muchos bebés, a partir de los dos meses, duermen más tiempo y reducen su alimentación de noche. Aunque es variable entre niño y niño, la mayoría dejará de interrumpir el sueño para comer desde los 6 meses, cuando empiecen con los alimentos sólidos. Sin embargo, hay quienes continúan hasta más adelante (Meek, 2024; Raising Children, 2024).
Parte de la puericultura es aprender a alimentar a tu bebé de noche de una forma adecuada. Esto implica saber reducir las tomas nocturnas progresivamente, a medida que tu hijo crece (Meek, 2024).
Para eso, aplica los siguientes consejos (Crider, 2019):
En la actualidad, el ritmo de vida afecta los estilos de crianza. A veces, queremos acelerar los procesos de los niños, de acuerdo con nuestros tiempos. Sin embargo, no se recomienda eliminar todas las tomas nocturnas de golpe. Haz una reducción poco a poco hasta que ya no haya ningún despertar (Meek, 2024).
Dormir a un bebé no es fácil, y alimentarlo de noche, sin afectar su calidad de sueño, tampoco lo es. No obstante, puedes seguir estos consejos para que tu hijo descanse mejor, aunque se despierte para que lo amamantes (Crider, 2019; Taylor, 2022):
Si llegaste a estar en una comunidad de futuros padres, todavía embarazada, seguro que alguien te comentó que no ibas a dormir bien por varios meses. Y si bien es cierto que tu sueño se interrumpe por las tomas nocturnas, es posible minimizar el efecto de la siguiente manera (García Díaz, 2024):
El destete nocturno es un desafío para ti, pero también para tu bebé. Prueba con las estrategias que te compartimos y lograrás mejorar la calidad del sueño familiar. La clave está en ser flexible y paciente, mientras ambos se adaptan.
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