Hoy volvemos a hablar de una de las actividades más importantes que acompañan la vida de los niños, y que en el mundo contemporáneo desafortunadamente se extingue cada vez más rápido: el juego.
¡En el mes 30 de tu bebé empieza a ser parte de su cotidianidad!
En la medida en que el juego desaparece de la vida de los niños, el tiempo de la infancia se hace cada vez más corto y, por lo tanto, son más reducidas las oportunidades de prepararse desde la infancia para afrontar la vida.
Cuando los niños juegan, construyen una interpretación del mundo, una versión propia que les permite expresar sus sueños y sus miedos, el juego es el espacio en el que formulan sus preguntas más sentidas e incluso manifiestan lo que en el día a día no estaría permitido.
¡En el juego encuentran los elementos para expresarlo!
Los expertos han descrito lo que denominan como el "juego simbólico" de los niños en estas etapas, que consiste en "hacer como sí".
Te sorprenderá esta fabulosa conquista cuando veas a tu bebé sobre la escoba, cabalgando por las llanuras que surgen de su imaginación. Los adultos pueden enriquecer muchísimo esta experiencia aceptando la invitación a jugar.
De esta forma, tú puedes hacer como si le dieras al caballito agüita contenida en tus manos e invitar a tu bebé a que haga lo mismo. También puedes mostrarle con la voz, cómo suenan rítmicamente los cascos contra el suelo, o simular el sonido del relincho de este hermoso animal.
Las razones que tienen los adultos para vivir, aquello que les hace vibrar o enfrentar los dolores más fuertes, tiene su origen en los primeros juegos que les mostraron las circunstancias de la vida y también su posibilidad de transformarlas y dotarlas de un sentido personal.
“El arte y la ciencia tienen su origen en la misma experiencia, los dos nacen del juego.”
Esto, sin embargo, no nace de cualquier juego. El espíritu científico o la sensibilidad artística no pueden originarse de un juguete que trae instrucciones precisas para su uso, porque este no deja espacio de creación al niño.
Tampoco nacen de los juegos cuya finalidad es explícitamente enseñarle algo al niño, pues ya de antemano presuponen y determinan aquello que el chiquito debe descubrir por sí mismo.
La creatividad no puede surgir frente a una pantalla de video juego en la que están representados los intereses y preferencias de la persona que lo diseñó, pero no las preguntas e inquietudes que el niño necesita hacerse y luchar por responder.
“En otros momentos de la vida, el mundo virtual ofrecerá su riqueza, pero para esta edad del niño, el ejercicio de su imaginación y la posibilidad de vivir su cuerpo serán definitivos para su desarrollo.”
No surge tampoco de la aglomeración de cantidades de juguetes depositados en el cuarto del niño. En cambio, puede surgir de la relación que el niño establezca con unos pocos juguetes que se le han entregado con afecto y con magia, que lo inviten a buscar la profunda conexión que tienen con su joven alma, y le permitan expresar todo aquello que él tiene por decir.
En este orden de ideas, la invitación es a crear y no a consumir, los juegos más poderosos son creaciones humanas que perduran en el tiempo y que cada vez están más llenas de vida y encanto, la saturación de objetos para jugar no le brinda al niño el espacio para darle vida a sus juguetes y la posibilidad de existir a través de ellos.
Jugar simbólicamente es la base de muchos conocimientos posteriores, tanto escolares como sociales, pero sobre todo, esta es la manera en la que tu bebé, en la infancia, construye un espacio para sí mismo/a en el que, desde sus vivencias, le va dando sentido a la vida y la recrea.
El arte y la ciencia tienen su origen en la misma experiencia, los dos nacen del juego.
En otros momentos de la vida, el mundo virtual ofrecerá su riqueza, pero para esta edad del niño, el ejercicio de su imaginación y la posibilidad de vivir su cuerpo serán definitivos para su desarrollo.
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